Las decisiones que tomamos a diario afectan directamente nuestra vida. TODA decisión tomada tiene sus consecuencias, sean buenas, malas o complicadas. Cada quién debe ser responsable de lo que ocurra y afrontar el peso de lo que decidimos.

En mi carrera profesional así como en la vida he tenido que tomar decisiones muy importantes, estas decisiones han tenido consecuencias, algunas muy agradables como vivir con mi esposa después de tomar juntos la DECISIÓN de casarnos, pero otras no tan buenas han dejado en mí mucho aprendizaje. Voy a contarte las dos decisiones que más experiencia me han dejado hasta hoy en el plano profesional.

Renuncié a mi primer trabajo

En el verano de 2012 egrese del Instituto Tecnológico de Morelia e inmediatamente envié mi CV a diferentes empresas (recuerdo que ni yo sabía a cuantas). Pocos días después recibí un correo donde me pedían ir a una entrevista, al día siguiente me enviaron un correo con la oferta y acepté.

No me alcanzarían las palabras para explicarte como me sentí en ese momento, conseguir mi primer trabajo había sido relativamente sencillo. A demás era un trabajo fuera de Morelia, implicaba un reto mayor pués sería la primera vez que viviría solo.

Como todo trabajo el contrato inicial era por tres meses, ya sabes, para probar si funciona para ambos, sin entrar en muchos detalles te cuento que el trabajo como todos los demás tenía sus altas y sus bajas, horario de 9am - 6pm, 1 hora para comer, y había situaciones donde las entregas del trabajo se complicaban pero se tenían que terminar si o si, sin importar la hora.

Entre muchos detalles que no valen la pena mencionar, llegó un punto en donde no coordinamos ni los socios de la empresa con lo que ellos sentían que yo desempeñaba ni yo con las responsabilidades que se me adjudicaban. Entonces renuncié.

!No pasa nada! !Encontraré otro trabajo igual de rápido como encontré este! Fueron algunas de las frases motivantes que me dije tan pronto renuncié. La triste verdad es que NO, no ENCONTRÉ un nuevo empleo hasta NUEVE MESES DESPUÉS. La espera fue agobiante, perdí todas las esperanzas que tenía en mi mismo, y me arrepentí demasiado de la decisión que había tomado.

Acepté un trabajo con un sueldo menor

Como te cuento en la anécdota anterior, pasaron nueve meses para volver a tener un trabajo. Pero el siguiente que tuve fue en el que me encontré con el mundo del ecommerce, aprendí de Magento y dí lo mejor de mí para crecer profesionalmente. Ese crecimiento me abrió y me sigue abriendo muchas puertas, vaya, el mercado cada vez requiere más desarrolladores Magento y ahorita somos muy pocos para la demanda que existe.

En fin, después de ese trabajo donde conocí y aprendí a trabajar con Magento cambié algunas veces de empleo. Si ya has tenido la experiencia de cambiar de empleo, seguro sabes que uno busca mejorar en todos los aspectos, que existan más responsabilidades, mejores prestaciones, mejor sueldo, mejor horario, es decir, mejorar en todos los aspectos.

TODOS los empleos que he tomado han mejorado mi calidad de vida, han incrementado mis aspiraciones profesionales y me han preparado mejor para realizar mi trabajo. Sin embargo en una ocasión tomé la decisión de ir a un trabajo donde ganaría cinco mil pesos MENOS que lo que ganaba en el trabajo donde estaba anteriormente.

Acepto, dije. Me arriesgué por que el nuevo empleo era con una empresa que ya conocía, sería la segunda vez que trabajaría con ellos y ahora con la ventaja de trabajar desde casa. No lo pensé muy bien, pues tenía gastos y deudas altas, donde esos cinco mil pesos hacían diferencia.

Después, en esta nueva empresa en la que estaba trabajando ahora se me asignaron retos y objetivos que cumplir en cierto periodo de tiempo, buscando un beneficio para ambos, la empresa tendría calidad en los proyectos de Magento, y yo, una promoción, que además de venir con más o diferentes responsabilidades traía consigo un aumento salarial. Adivina de cuanto era el aumento, exacto, cinco mil pesos.

Conclusiones

Se dice que nadie experimenta en cabeza ajena y es cierto, pero yo espero que a tí no te pase esto, y si algún día te ocurre de alguna manera estes mejor preparado para decidir de lo que yo estaba.

Si bien las experiencias que te cuento suenan un tanto trágicas, es decir, no es sencillo quedarte sin trabajo tanto tiempo y tampoco es fácil perder cierta cantidad del ingreso con el que te adjudicaste gastos, al final todo se solucionó. Afronte con responsabilidad las consecuencias, no quiero decir que fue sencillo, me costó demasiado y muchas veces quice tirar la toalla en ambas situaciones.

A partir de estas circunstancias que viví, tengo una serie de pensamientos antes de tomar una decisión parecida:

  • Si no estoy agusto en un empleo, primero hago saber a mis superiores ese aspecto, para ver si podemos mejorar AMBOS esta situación.

  • Si recibo alguna llamada de atención de mis empleadores, de esas que suenan que la cosa va a tronar, hablo con ellos para ver si AMBOS podemos eliminar lo que nos este afectando.

  • Si de plano no hay solución aun cuando ambos pusimos lo mejor de nuestra parte, busco opciones de empleo antes de renunciar o ser despedido. Quiero aclararte que NO promuevo que tomes la decisión de salirte de tu empleo actual o algo parecido. Esas decisiones son tuyas y nada más que tuyas.

  • Siempre que tengo una nueva oferta, analizo primero ¿qué estoy buscando?, si realmente quiero un cambio, si los objetivos de la empresa van a la par de mis objetivos personales, si soy el candidato adecuado para ellos en ese momento, y claro ahora me puse como límite no brincar a un empleo donde no pueda cubrir mis gastos.

Claro que los puntos anteriores se van a alterar de acuerdo a la situación. Si te despiden y tienes que buscar empleo de emergencia alguno de esos puntos tendrán menos peso que otros. Todo dependerá del momento.

Te invito a que me dejes un comentario, dime que piensas de mis experiencias y cuéntame si a ti te ha pasado algo similar o cual ha sido la decisión que más ha ayudado a tu crecimiento profesional y/o personal.

El trabajo perfecto NO existe

Sin querer desilucionar a nadie, la realidad es que el trabajo perfecto NO EXISTE, pero mi objetivo, no es desanimarte sino todo lo contario. Todos los trabajos tienen sus áreas de oportunidad para mejorar y eres una pieza fundamental para que el empleo que tienes sea PERFECTO para tí.

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Publicado el 30 de Enero del 2019